La colaboración entre el sector público y el privado en el sistema de salud siempre ha sido controversial debido a los distintos prejuicios y estereotipos que se tienen de ambas instituciones. Lo anterior se complica cuando se trata de incluir a la esfera social en la toma de decisiones para mejorar la calidad asistencial sanitaria en hospitales, clínicas, consultorios, etcétera. A pesar de lo anterior, se puede mejorar la colaboración en el sector salud, poniendo al paciente y sus demandas en primer lugar.
Para lograr lo anterior es necesario cambiar la cultura en la gestión hospitalaria para que tanto las instituciones públicas como privadas se adapten a las nuevas demandas de los pacientes que exigen atención más rápida, con aparatos médicos con tecnología avanzada, así como un trato humano de parte de médicos y personal administrativo. Por otro lado, también es necesario crear estrategias para involucrar a la sociedad en el cuidado de su salud desde casa, mejorando sus hábitos y los de sus seres queridos.
Y es que las alianzas público-privadas tienen más ventajas de las que se cree, pues permiten una cooperación estratégica entre sectores diferentes, actuando como complemento de culturas, competencias técnicas, recursos y conocimientos para crear valor social. A pesar de lo anterior, es necesario que todas las partes involucradas pongan de su parte para lograr que los planes en conjunto se lleven a cabo y que el objetivo sea mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Cómo mejorar la colaboración pública, privada y social en el sector salud?
Mejorar la colaboración entre los sectores público, privado y social en el ámbito de la salud es fundamental para optimizar recursos y asegurar que más personas puedan acceder a atención médica de calidad, y las siguientes son algunas propuestas para lograrlo:
- Desarrollar programas que beneficien a los pacientes
El objetivo principal de mejorar la colaboración pública, privada y social en el sector salud debe ser crear políticas y programas que beneficien a los pacientes en todos los sentidos. Por un lado, el sector público debe lograr que la sociedad tenga acceso a servicios de salud sin importar su edad, género o situación socioeconómica, por otro, el sector privado debe de invertir en hospitales o clínicas, así como ofrecer tecnología a precio accesible para todos los ciudadanos, y por último, el sector social debe hacer buen uso de estos programas para que todos puedan recibir la atención.
- Establecer alianzas claras y bien definidas
Los tres sectores deben tener objetivos claros, alineados y con un enfoque común para abordar los desafíos de salud, estableciendo también las responsabilidades de cada uno, es decir, el sector público debe enfocarse en la regulación y la provisión básica, el privado en la innovación y recursos, y el social en la participación comunitaria y la educación.
- Compartir los objetivos entre los tres sectores implicados
Compartir objetivos es clave para garantizar el éxito de los proyectos colaborativos debido a que, si bien, cada uno tiene intereses particulares, deben ser compatibles con los de los demás. Esta colaboración debe estar basada en una comunicación transparente y abierta que permita establecer límites, responsabilidades, tiempos, recursos, etcétera, para mantenerlos a lo largo de la ejecución de los proyectos.
- Fomentar la inversión en infraestructura sanitaria
Es importante incentivar la colaboración en la construcción de infraestructuras de salud, como hospitales y clínicas, donde el sector privado aporte capital y tecnología, y el público desarrolle instrumentos legales que garanticen el acceso a servicios para todos los grupos sociales.
- Impulsar la educación y capacitación conjunta
Los sectores público, privado y social pueden colaborar en la creación de programas de formación en salud para profesionales, desde médicos hasta personal administrativo, para mejorar la calidad de los servicios, así como convertirse en un puente para sensibilizar a la población sobre el uso adecuado de los servicios de salud, promoviendo estilos de vida saludables, prevención y autocuidado.
- Fomentar modelos de financiamiento mixto
Los tres sectores deben colaborar en la creación de productos financieros que aseguren el acceso a servicios médicos para todos, con una participación activa de aseguradoras, el gobierno y las ONG. La idea es que los fondos públicos puedan complementarse con los privados, sin perder de vista el acceso universal y la equidad en los servicios.
- Involucrar a los profesionales del sector salud
Es necesario involucrar a los profesionales de la salud en la gestión y en la toma de decisiones de esta colaboración, debido a que son ellos quienes experimentan día a día las necesidades de los pacientes, de los compañeros y de ellos mismos. Darle voz a la parte operativa del sector salud permite tener mayor claridad de lo que se busca mejorar.
- Valorar el rol del ciudadano contribuyente
Comprender las actitudes de la ciudadanía con respecto a la colaboración público-privada y los factores que influyen en sus puntos de vista es esencial para alinear el desarrollo de proyectos que sean del interés de los contribuyentes. La sociedad no solo pide que los servicios públicos sean eficientes y de calidad, sino que busca participar en la toma de decisiones de las políticas públicas.
A manera de conclusión, la colaboración público-privada debe llegar a todos los rincones del país y no quedarse solo en las ciudades. También es importante dirigir estas charlas sobre prevención y salud integral a instituciones de educación básica y a comunidades al interior de la república.
Referencias
Do Better. (2020, 31 de agosto). 10 propuestas para mejorar la colaboración público-privada en los ámbitos sanitario y social. ESADE. https://dobetter.esade.edu/es/colaboracion-publico-privada