En el panel de Omnia Health Live, los especialistas aseguraron que se requieren nuevas prácticas y medidas para mantener a los pacientes y los trabajadores lejos de un contagio
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la alerta, en diciembre de 2019, por un virus entonces desconocido que estaba afectando a la población de Wuhan, en China. Identificado como el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19), la propagación de la enfermedad llevó a que se emitiera la orden de aislamiento en la metrópoli, que después de extendió a otras naciones en todo el mundo.
A seis meses de este reporte, la enfermedad ha cobrado miles de vidas y en América Latina son más de 20 países los que han reducido sus actividades e interacción social como medida para frenar los contagios, mientras los sistemas de salud han enfrentado uno de sus mayores desafíos en la detección de casos y la atención de pacientes.
Poco a poco la situación ha enfrentado al mundo al proceso para adaptarse a “la nueva normalidad”. Se espera que, una vez que la situación esté bajo control, la recitación sea total, sin embargo, esto se hará en un nuevo esquema donde tres procesos deberán ser protagonistas: desinfección, sanitización y esterilización.
Precisamente, estos fueron los temas que se abordaron durante el encuentro digital Omnia Health Live, celebrado del 22 al 26 de junio por Informa Markets y que reunió a los profesionales de la industria sanitaria a nivel mundial.
Durante la sesión moderada por Marcelo Boeger, vicepresidente de la IFHE (International Federation of Healthcare Engineering, por sus siglas en inglés), integrantes de esta organización dialogaron acerca de cómo se pueden prevenir los contagios de COVID-19 en la era post-COVID-19.
Haciendo más exigentes las medidas de higiene, tanto para los sistemas hospitalarios como para todos los lugares donde se llevan a cabo actividades colectivas, sedes corporativas, oficinas, fábricas, restaurantes, gimnasios, escuelas e instalaciones recreativas, entre otros sitios, deberán integrar prácticas y métodos de limpieza para erradicar bacterias y virus.
Al respecto, Brian Reynolds, presidente de la IFHE, aseguró que en “la nueva normalidad” es fundamental dar pasos que regularmente no se hubieran dado en el pasado, y aunque el proceso de adaptación puede resultar complicado, personal de salud y todas las personas deben habituarse a ello.
Por su parte, Patty Olinger, directora ejecutiva de GBAC, división de ISSA, explicó que los médicos y otros proveedores de servicios de salud deben implementar mejores prácticas para atender a los pacientes, con el apoyo de tecnologías para la sanitización del instrumental, equipo e instalaciones.
“La situación está cambiando muy rápido y nos hemos dado cuenta de que tenemos que ser más cuidadosos. Debemos trabajar juntos para evitar estar expuestos a contagios y también tenemos que buscar cómo restituir la confianza de las personas para volver a visitar lugares concurridos que requieren reanudar su operación, con un programa de manejo de calidad basado en la limpieza, desinfección, y sanitización en todo Norteamérica”, manifestó Olinger durante su participación.
De igual manera, expuso que estos protocolos abarcan acciones sencillas como el lavado frecuente de manos, la limpieza de las instalaciones y mobiliario y la aplicación de gel antibacterial, hasta estrategias de compliance para las organizaciones.
En cuanto a las medidas para blindar los hospitales, el presidente de la IFHE dijo que la tecnología está siendo un aliado, pues la telemedicina ha facilitado la atención de pacientes mediante citas virtuales o el envío de recetas por correo electrónico, medidas para evitar salas de espera saturadas.
“Son procesos que están emergiendo y se tienen que transformar muchas cosas, pero nos sirven como una base para estar preparados en el futuro, en caso de que se requiera que hacer frente a otra pandemia”, declaró el directivo.
En este contexto, Jason Unger, director del Surgical Services and Anaesthesia Institute de Cleveland Clinic, aseveró que el personal médico tiene que ser más proactivo que reactivo al brindar atención efectiva a los pacientes vía remota, además de que revisar los flujos de movimiento en las clínicas y hospitales para evitar la interacción de personas sanas y enfermas, donde el uso de mascarillas, cubrebocas y guantes también será esencial.
“Tenemos que poner atención a los detalles que parecen simples pero que se convierten en necesarios para garantizar que tanto nosotros como los pacientes estaremos protegidos. Hay que cambiar la visión de que nos llevará más tiempo hacerlo porque entender las medidas de prevención correctamente conlleva que ese tiempo extra sea un factor clave para no contaminarnos. Todos debemos cambiar nuestra perspectiva”, concluyó Unger.
No olvides ser parte de nuestro siguiente webinar, en el cuál tocaremos temas importantes de la industria de la salud.
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