Las enfermeras líderes tienen un gran potencial y pueden añadir valor a la generación de nuevas políticas públicas
Este artículo se publico originalmente en Omnia Health Insighst
Tradicionalmente, el público no está acostumbrado a ver a las enfermeras como líderes, y no todas las enfermeras comienzan su carrera con la idea de convertirse en líderes. Como resultado, a las enfermeras se les ha asignado automáticamente el asiento trasero en la toma de decisiones en la industria de la salud.
Esto ha generado una brecha recurrente en los resultados esperados de atención al paciente en la mayoría de los sistemas de salud, especialmente en el mundo en desarrollo, a pesar de que son el personal más grande y numeroso en cualquier sistema de salud.
Las enfermeras y las parteras representan más del 50 por ciento de la fuerza laboral de salud y brindan casi el 80 por ciento de la atención práctica, de acuerdo con datos proporcionados por Annette Kennedy, presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE).
Un buen ejemplo es el entorno de atención primaria de salud, que constituye el punto de entrada para la mayoría de los pacientes y, por lo tanto, el más numeroso. Un sistema de salud típico, especialmente en el mundo en desarrollo, tiene una enfermera o partera como líder del centro de salud primario.
Cuando laboran en las distintas unidades de atención primaria de salud, se espera que desempeñen, tanto las funciones del cuidador en todos los servicios para la comunidad, como que sean el administrador y el responsable de las instalaciones.
Desafortunadamente, a medida que avanzan en la escuela de enfermería, las habilidades de liderazgo y las competencias de cómo administrar un sistema de salud complejo rara vez forman parte del plan de estudios Rara vez reciben estas habilidades o competencias necesarias como parte del desarrollo profesional en el sistema de salud ya de por sí complejo.
Estos antecedentes, junto con recursos severamente restringidos, infraestructura deficiente, déficit de conocimiento en los estándares de atención requeridos y habilidades de resolución de problemas deficientes, hacen que la atención sea compleja.
Año de la enfermera
A medida que el mundo hace otro intento para lograr la cobertura de salud universal en 2030 y la OMS declara al 2020 el año de la enfermera y la partera, tenemos el momento perfecto para cambiar la situación e invertir en las enfermeras y las parteras, a fin de que tengan un impacto duradero y mejores resultados para el paciente.
Después de todo, se estima que el mundo necesita 9 millones de enfermeras y comadronas más para lograr la cobertura universal de salud que se busca en 2030. Y aunque no se menciona, el mundo necesita que las enfermeras tengan más poder en sus puestos del que tienen actualmente y así lograr dicha cobertura universal de salud. De lo contrario, el mismo escenario se reproduciría una y otra vez.
Para que se produzca la transformación del sistema de salud, las enfermeras y las parteras deben formar parte del equipo encargado de la toma de decisiones, y deben también ser socios de pleno derecho junto con el resto de los profesionales de la salud. Ya no deben verse únicamente como implementadorass todo el tiempo.
Para que las enfermeras funcionen en este ro,l como socios y tomadores de decisiones, es necesario centrarse en algunos aspectos críticos. Estos son:
- Habilidades y competencias de liderazgo:
Es necesario invertir en la enfermera para que adquiera conocimientos, habilidades y competencias en liderazgo, que le permitan manejar eficazmente el complejo sistema de salud, a través del plan de estudios de la escuela de enfermería y también a lo largo de su desarrollo profesional.
El trabajo en equipo, la colaboración entre disciplinas, la defensa del paciente, el conocimiento de los estándares de mejora de la calidad y la seguridad, el monitoreo y la evaluación de la atención al paciente y las competencias administrativas generales serían parte del plan de estudios.
Esto las capacitaría para liderar la identificación de brechas en la atención al paciente, desarrollar planes de mejora y realizar los cambios necesarios para lograr los objetivos establecidos junto con el resto del equipo con éxito.
- Miembro del equipo en el desarrollo y validación de políticas de salud:
Como implementadores de la mayoría de las políticas generadas en el sistema de salud, las enfermeras y las parteras poseen un gran potencial para agregar valor durante el desarrollo y la validación de las políticas de salud.
El incumplimiento de las políticas y estándares establecidos es un desafío recurrente en el sistema de salud, y esto se debe en parte a la poca participación de los implementadores durante el desarrollo y la validación, lo que genera poca o ninguna aceptación.
Ser parte del equipo que desarrolla políticas de salud garantiza mejores posibilidades de aceptación y cumplimiento de las políticas, lo que mejora automáticamente los resultados de los pacientes.
Como tal, más enfermeras y parteras deben tener la oportunidad de servir activamente en comités asesores, comisiones y juntas de salud donde se toman decisiones políticas para avanzar en los sistemas de salud y, en el proceso, mejorar la atención al paciente.
- Oportunidad de innovación:
Como el 80 por ciento de los trabajadores de primera línea, es inevitable que las enfermeras siempre enfrenten desafíos en el trabajo y, como tales, tengan mayor oportunidad de encontrar formas creativas para garantizar que la atención al paciente no se vea afectada.
Esto es especialmente común en zonas con recursos limitados, especialmente en el mundo en desarrollo con infraestructura pobre. En el mundo desarrollado, los desafíos se presentan como una escasez de personal de enfermería, una afluencia de pacientes con condiciones complejas y horas de trabajo poco realistas.
No es inusual encontrar enfermeras que improvisan formas de hacer su trabajo mejor y más fácil en un entorno siempre desafiante. La mayoría de las veces, los procesos improvisados cuestan muy poco debido a la situación ya compleja y, como tal, reducirían la carga del financiamiento de la salud en el sistema de salud si la producción de las innovaciones se hiciera comercial.
Lograr una cobertura de salud universal en 10 años parece una tarea cuesta arriba, pero no es imposible. Invertir en las enfermeras y parteras que forman el cuadro más grande de recursos humanos en el sector de la salud es una estrategia que tendrá un impacto.
Al final del día, la mayoría de los pacientes seguirán acudiendo a la unidad de atención primaria de salud, donde la enfermera / partera es quien los atenderá o determinará la atención que recibirán.
Imagínese que cada enfermera / partera en el entorno de atención primaria de salud del sistema de salud tiene las herramientas y la preparación necesaria para identificar brechas en el sistema, planificar mejoras, identificar formas innovadoras para resolver las brechas en la atención médica y que dichas formas se puedan reproducir en otros lugares, aprovechar las lecciones diarias para aplicarlas en las reformas a las políticas públicas, y liderar el camino hacia un sistema sostenible. Si esto sucediera, la transformación del sistema de salud ocurriría sin problemas.
El año de la enfermera y partera este 2020 proporciona una plataforma para que los actores involucrados transformen su enfoque hacia este recurso invaluable, y establezcan una estrategia sobre cómo maximizar las ganancias que se pueden lograr en los próximos 10 años si la inversión se realiza para potenciar, mejorar y transformar el trabajo de las enfermeras y parteras.
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