Reconversión hospitalaria: cómo lograrla rápidamente en tiempos de crisis

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05 Noviembre 2021 María José Ramírez/Grupo Expansión

La reconversión no es una estrategia nueva para los hospitales o clínicas, sin embargo, actualmente ha sido clave para hacer frente a la crisis sanitaria.

Con el fin de dar respuesta a la pandemia por COVID-19, los hospitales públicos y privados diseñaron planes de reconversión no solo para ofrecer atención médica, sino optimizar los recursos materiales, financieros y humanos.

Para atender oportunamente la demanda de pacientes se considera la capacidad instalada y ampliada de cada institución. Sin embargo, no es la primera vez que se utiliza la reconversión para hacerle frente a una emergencia.

De acuerdo con Octavio González Chon, director médico de Médica Sur, esta estrategia ha sido útil durante desastres naturales, como huracanes, temblores e inundaciones.

Durante la reconversión, los hospitales adaptan áreas para poder atender a la mayor cantidad de pacientes en medio de crisis.

“Ahora en la crisis de COVID-19, todos los hospitales tuvimos que adaptar diferentes áreas para atender grandes cantidades de pacientes que venían con esta enfermedad”, señaló González Chon.

“[En Médica Sur] teníamos en la unidad de terapia intensiva una gran unidad coronaria, la tuvimos que reconvertir totalmente a una unidad de terapia respiratoria para atender a los pacientes de COVID-19”, añadió.

Además, el especialista aseguró que aumentaron la cantidad de camas de Médica Sur, tomando las del área de recuperación anestésica o postquirúrgica.

“Asimismo, las áreas de urgencias tuvieron que aumentar el número de cubículos para atender a estos pacientes y, al mismo tiempo, ver a quienes venían con enfermedades crónicas”, comentó.

Aunado a lo anterior, el hospital tuvo que adecuar dos pisos, antes de las áreas de ortopedia y cirugía general, con 32 camas cada uno, pues contaban con las instalaciones físicas adecuadas para aislar a ese tipo de pacientes.

Por supuesto, adaptar o construir nuevas áreas, así como coordinar a todo el personal sanitario implica un reto.

González Chon destacó que en el plan de reconversión intervienen múltiples especialistas, verbigracia, en el caso de Médica Sur existe un convenio de crisis en el que participan el equipo de urgencias, terapia intensiva, enfermería, e incluso el director del hospital.

A decir del director médico, para llevar a cabo la reconversión se proyecta un plan para identificar la entrada de los pacientes, las rutas seguras, las áreas que deberán arreglarse, el método para utilizar los elevadores, así como evitar circulaciones cerradas.

Por último, el experto afirmó que la institución cedió el 30 por ciento de su capacidad instalada para la atención de pacientes con COVID-19.

 

Personal sanitario, crucial durante la reconversión

Por supuesto, la parte que implica las áreas físicas es importante; sin embargo, hay una pieza que resulta clave para que la reconversión funcione adecuadamente: el personal sanitario.

González Chon comentó que la reconversión implica una cultura y capacitación, no solo para médicos y  enfermeras, sino para laboratoristas, camilleros, personal de fisioterapia y de admisión, entre otros.

Jorge Azpiri, director de Desarrollo y Expansión de TecSalud, coincide en que uno de los pilares más importantes para la reconversión es el personal de salud.

“En esta tercera ola nos estamos enfrentando a problemas ya no tanto de infraestructura, sino de personal”, comentó y agregó que todo el personal sanitario está fatigado.

Además del agotamiento, los hospitales se enfrentan a la falta de personal. De acuerdo con Azpiri, algunos desertan de la atención y otros han fallecido en la batalla. Por ello, el médico subrayó que la infraestructura no parece ser un problema, sino la parte del personal.

“Cuando hablamos de reconversión no hablamos nada más de infraestructura, porque de nada sirve tener una cama con un ventilador si no tengo un médico intensivista, si no tengo una enfermera intensivista, sino tengo un inhaloterapeuta, un ingeniero biomédico, por eso la parte del personal es extraordinariamente importante”, puntualizó Azpiri.

 

Por otro lado, el experto destacó la importancia de contar con personal especializado, lo cual va ligado al perfil de contratación.

Recordó que en el caso de Tec Salud, las enfermeras de terapia intensiva son intensivistas, por lo que cuentan con postgrados que respaldan su capacitación.

Adicionalmente, en el caso particular de COVID-19, se les brinda una capacitación para que sepan cómo vestirse sin contagiarse ellos ni a sus compañeros.

Así, la capacitación se enfoca en “cómo ponerse el traje de protección, cómo usar los googles, cómo atender al paciente para que ellos no se contagien. Porque cada personal sanitario contagiado es una persona menos para atender pacientes”, puntualizó Azpiri y recordó que el personal de terapia intensiva puede atender a un paciente intubado.

Empero, atender una enfermedad infecto-contagiosa de este tamaño también implica que el personal médico sepa protegerse a sí mismo y a sus compañeros.

Por su parte, González Chon aseguró que capacitar al personal para que se apegue a las nuevas políticas no ha sido problema, pues en Médica Sur tienen la experiencia de la acreditación de Joint Commission International.

“En ese sentido, la gente está ya muy adaptada, son muy conscientes de los diferentes cambios y los aceptan de buena manera. Tenemos una disciplina, tenemos políticas, procedimientos, manuales de atención y, de alguna manera, la capacitación interna es parte muy importante para que esto realmente funcione”, comentó.

Igualmente, el director médico mencionó que la capacitación está sustentada en buenas prácticas, procurando que cada jefe de departamento permee su conocimiento.

“El procedimiento se capacita directamente en el sitio, es un equipo muy grande y multidisciplinario”, indicó y remarcó que los equipos de vigilancia epidemiológica, de infectología, de terapia intensiva y de enfermería se capacitaron en diferentes tipos de habilidades para atender las enfermedades respiratorias, así como evitar los contagios en el personal de salud.

 

Plan estratégico para adquisición de equipo y personal

 Si bien el personal sanitario resulta imprescindible para ejecutar la reconversión, lograrla en tiempo récord también depende de los aprendizajes adquiridos durante la primera y la segunda ola.

 “Obviamente nos da mucho mayor conocimiento de cómo hacerlo rápido. Para esto se necesita, número uno, los espacios físicos”, y explicó que esos mismos espacios funcionan para atender la tercera ola.

Como se mencionó anteriormente, es urgente adaptar y crear nuevas áreas que permitan la atención de la demanda. Por otra parte, el departamento de abastecimiento es crucial para garantizar el acceso a equipo que permita la adecuada atención.

Además, Azpiri subrayó que la parte financiera es significativa, ya que las enseñanzas de las olas anteriores permiten hacer una planeación financiera adecuada.

En ese sentido, el departamento de finanzas conoce el costo promedio del paciente en terapia intensiva y aquel que no está en esa unidad, asimismo, sabe hacer las mejores negociaciones.

“Poder hacer la planeación financiera adecuada conforme a los pronósticos de ocupación hospitalaria es sumamente importante para no caer después de la pandemia en una cruda realidad de un déficit financiero”, subrayó y agregó que aunque la prioridad es atender pacientes, es necesario tener un balance financiero.

También, la velocidad de la reconversión debe ser mayor a la de los internamientos para tener la capacidad de atención.

Para ello, se debe contar con una planeación financiera adecuada, así como con un departamento de abastecimiento estratégico que pueda actuar rápidamente para conseguir los insumos y los equipos.

Finalmente, el departamento de recursos humanos debe encontrar formas de confortar al personal que está al frente, al tiempo que busca nuevo personal, garantiza plantillas completas y evita sobrecargar al personal.

Por su parte, González Chon mencionó que es primordial contemplar que no solo se adquieren equipos, también se crean espacios.

En el caso de Médica Sur se construyó, dentro del área de urgencias un área específica para valorar a este tipo de pacientes, ya que el hospital seguía trabajando y no podían dejar a aquellos pacientes que presentaban otras afecciones.

“Tuvimos que invertir en expansión del servicio de urgencias para poder dar buena atención”, indicó el médico. Aunado a esto, comentó que adquirieron un segundo tomógrafo, lo cual  ayudó a realizar diagnósticos neurológicos; sin embargo, los gastos más fuertes se realizaron en equipos de protección personal.

“Jamás habíamos pensado qué cantidad teníamos que comprar de cubrebocas N95, batas, guantes, jabón, botas, gogles, gorros”, y recordó que esta inversión es necesaria para proteger al personal.

 

¿Todo se necesita comprar siempre?

Contar con todo el equipo necesario para hacerle frente a la pandemia, pero no siempre es posible tenerlo cuando existe un desabasto. Por lo anterior, Azpiri recordó que aunque es deseable comprar todo, también es factible rentar o prestar para hacer frente a la escasez.

“En el caso particular de Monterrey, y seguramente en muchos otros lugares de la República se está dando, hay mucha cooperación entre los hospitales”, rememoró y añadió que tienen uno de sus hospitales de Monterrey reconvertido al 100% para atender COVID-19.

“Otros hospitales, como el Grupo Ángeles, nos han prestado ventiladores”, dijo y explicó que los ventiladores que tienen disponibles se los prestan mientras consiguen ya sea en renta o en venta.

Depende del departamento de abastecimiento estratégico ver y entender las opciones. Cuando no hay más equipos disponibles, se procede a la renta; sin embargo, eso puede tardar, por lo que se buscan esas colaboraciones entre hospitales.

“Afortunadamente ahorita no hemos tenido desabastecimiento de ventiladores, hemos tenido suficientes. Tenemos aproximadamente 55 camas de terapia intensiva, quizá un poco más, cuando hablamos de esto una cama de terapia intensiva implica personal, implica ventiladores, implica una capacidad bastante robusta para poder estar atendiendo pacientes COVID”, puntualizó.

De acuerdo con Azpiri, mucha de la infraestructura tecnológica, como los ventiladores, se rentó o estuvieron a comodato.

“Probablemente al haber bajado [los casos] se regresaron, entonces, simple y sencillamente lo que hay que hacer es tener un extraordinario departamento de abastecimiento estratégico, para poder negociar que de nuevo que tengamos ventiladores”, concluyó el especialista.

Contar con un departamento de abasto estratégico, robusto y conocedor es fundamental en el momento de llevar a cabo una reconversión rápidamente. Además, la colaboración público-privada es esencial.

“En Nuevo León estamos trabajando de la mano con la Secretaría de Salud y adicionalmente con el Seguro Social y con el ISSSTE”, comentó Azpiri.

El especialista recordó que la capacidad instalada del sector privado no es la mayoritaria ni este sector atiende a la mayor parte de la población.

Entonces, destacó que las instituciones también actuaron y señaló que se colaboró con el seguro social local para reconvertir hospitales a la brevedad, aumentar el número de camas y atender el fenómeno rápidamente.

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