No solo se trata de la pandemia, la innovación para otros padecimientos también necesita la atención de las empresas para impulsar el desarrollo de nuevos productos.
México produce numerosos artículos científicos, no sólo eso, el país ocupa el puesto 66 de 143 en la generación de patentes y nuevas invenciones. Sin embargo, ¿cómo se logra convertir la investigación en verdadera innovación que llegue a los pacientes?
Rivelino Flores, director de Asuntos Regulatorios e Innovación de Canifarma, mencionó que el país posee centros de investigación y académicos de calidad con investigadores de talla mundial, por lo que se debe aprovechar toda la investigación que se realiza.
“Para lograrlo es necesario, empatar el lenguaje que se habla en la academia con el que hablan la industria y el gobierno y con la sociedad civil para realmente fomentar la innovación”, recalcó el químico farmacobiólogo. De esta manera se logrará que las investigaciones se conviertan en productos, ya sea medicamentos, dispositivos médicos o terapias que lleguen finalmente a los usuarios.
Además, Flores destacó que uno de los grandes motores que impulsan el desarrollo y la competitividad del sector farmacéutico es justamente la generación de valor a través de nuevos productos”, como medicamentos o dispositivos médicos. Por ello, recordó que ya se han firmado 11 convenios con instituciones de salud, con la idea de fomentar la investigación clínica para el desarrollo de nuevos productos.
Los acuerdos con los institutos de salud son muy valiosos, pues en estos lugares se encuentran diversas patologías para hacer una apropiada investigación. Además, la colaboración entre la industria farmacéutica y academia resultará en el mejor entendimiento del lenguaje regulatorio, lo que permitirá que las investigaciones logren avanzar hasta un producto final.
La pandemia y el impulso colaborativo
La emergencia sanitaria aceleró una serie de proyectos de innovación para atender la contingencia sanitaria, sin embargo, hay otros factores como el envejecimiento de la población o el avance las enfermedades crónico-degenerativas que también acelerarán la investigación en los países de la región de América Latina, aseguró Mariana Romero Roy, directora de Inteligencia de Negocios de la consultora Global Health Intelligence. Además, Romero subrayó que la pandemia les mostró a los hospitales la importancia de adquirir equipo básico, como los ventiladores, y así estar preparados ante eventualidades.
Para lograr el avance, la colaboración entre los distintos actores de la triple o cuádruple hélice serán necesarios. Sergio Domínguez, jefe de Atención Cardiovascular y Radiología Intervencionista América Latina, Siemens Healthineers, afirmó que: “Los avances que se lograron en 10 meses, en lugar de 10 años, solo serán posibles si se mantiene el trabajo coordinado, tal como se ha hecho en estos momentos”.
Por su parte, Rivelino Flores expuso que es necesario trabajar en los temas tecnovigilancia y farmacovigilancia, con el fin de garantizar la seguridad de los productos que se están desarrollando en esta carrera contra el tiempo. Además, recordó que la pandemia ha resaltado aún más la relevancia de contar con un sistema de innovación y subrayó una de las grandes lecciones que ha dejado crisis: “Entre más colaborativo sea este ecosistema, nos permite avanzar más rápidamente”.
Gracias a la colaboración entre investigadores y empresas se ha logrado acelerar el proceso de desarrollo de fármacos como la vacuna contra COVID-19. “Para poner un medicamento en el mercado pueden pasar entre 10 y 15 años, dependiendo del tipo de molécula”, pero la colaboración ha logrado apurar el desarrollo de la dosis.
Tecnología, IA y salud
En cuanto a los dispositivos médicos y medicamentos, la innovación está siendo cada vez de mayor relevancia, pues se están desarrollando productos para un futuro y pensando también en el presente.
Sobre los avances en productos, Sergio Domínguez recordó que muchos de ellos ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes, así como a mejorar la atención. Por ejemplo, el uso de la robótica en ámbitos estériles, donde los médicos pueden hacer tratamientos a distancia, como en la colocación de stents o válvulas.
“Hay un montón de dispositivos wearables que se están desarrollando para medir la efectividad de tratamientos”, aseguró Domínguez y agregó que se están desarrollando dispositivos que puedan reemplazar órganos vitales, evitando la espera del trasplante y reduciendo el problema de la compatibilidad.
Domínguez también resaltó que el uso de la tecnología en dispositivos, como los portátiles, tienen un enfoque en la parte preventiva, ya que pueden ser usados para mitigar el envejecimiento de la población, pues mientras monitorean la salud de los usuarios ayudan a la predicción de la condición física en el futuro –toman en cuenta factores como la dieta, el sedentarismo, el genoma humano o estudios de laboratorio–.
Por ello, estas innovaciones son una forma de impulsar a que la población llegue a los 80 años con mejor salud y sin tanta inversión.