El cáncer es la principal causa de muerte en el mundo. Suele ser una enfermedad complicada desde el comienzo, pero gracias a esfuerzos de especialistas, actualmente existen métodos menos invasivos para realizar un diagnóstico.
A partir de la sospecha de un médico general por indicios de una neoplasia, las pruebas de laboratorio podrían apoyar en la evaluación del paciente, sin embargo, ni las anomalías registradas por esta vía, son un signo seguro de cáncer.
Los expertos suelen apoyarse también en pruebas con imágenes, tomografía computarizada, resonancia magnética, tomografía nuclear, gammagrafía ósea, tomografía por emisión de positrones, ecografía, y Rayos X.
No obstante, en la mayoría de los casos, los doctores deben hacer biopsias para diagnosticar el cáncer. Éste, es un procedimiento en el que se extrae una muestra de tejido por aguja, con endoscopía o por cirugía.
En el primero, se extrae tejido o fluido, este método se usa para realizar aspiración de médula ósea, punciones lumbares y algunas biopsias de seno, de próstata y de hígado.
Mientras que en el segundo, se utiliza una sonda iluminada, delgada, denominada endoscopio para examinar áreas del interior del cuerpo. El endoscopio se inserta a través de las aberturas naturales del cuerpo, como la boca o el ano. Si durante el examen el doctor observa que hay tejido anormal, lo extirpa por el endoscopio junto con algo de tejido normal circundante.
En tanto que la intervención quirúrgica, se extrae el área con células anormales. Generalmente, se extirpa también algo del tejido normal alrededor de estas células.
Debido a la complejidad de algunas biopsias, es necesario emplear sedantes o anestesia.
Cabe aclarar que también es posible que se hagan más pruebas del tumor para detectar otros marcadores genéticos o tumorales.
La muestra extraída es analizada por un patólogo, que posteriormente entrega un informe al médico tratante, con los hallazgos y detalles del diagnóstico. Este reporte es relevante porque orientará sobre las opciones que valorará el doctor y que ofrecerá a su paciente.
Certeros y sin dolor
La ciencia avanza y ofrece oportunidades de diagnósticos no invasivos para cáncer. Desde la academia hay ejemplos destacables como el de investigadores de la Universidad de Granada, en España.
A través de una técnica que combina la ingeniería y la medicina, con las ondas ultrasónicas como aliadas, se puede analizar más allá de los tejidos o el área en la que se tiene sospecha. La Sociedad Europea de Biomecánica (ESB) premió este trabajo en su congreso celebrado en Sevilla en 2017.
Otra luz en el camino es la ofrecida por el análisis molecular de tumores, con la identificación de distintas mutaciones del ADN tumoral, que a su vez se apoyan en la medicina de precisión para dar incluso un tratamiento con mejores resultados y expectativas de vida para el paciente.
Esta consiste en hallar y analizar marcadores biológicos o biomarcadores oncológicos. Por ejemplo, Grupo PharmaMar, es una empresa que ha dedicado esfuerzos en el diagnóstico molecular.
Actualmente cuenta con dos kits para cáncer colorrectal, tres para pulmón y uno para melanoma. Las muestras incluso pueden ser tomadas mediante una prueba PCR, método que ha resultado familiar en los últimos años por la pandemia de Covid-19.
Esta técnica también es conocida como biopsia líquida, pues a través de la saliva o la sangre, se obtiene el ADN y los genes son analizados.
Asimismo, este método está ayudando a los científicos a entender cómo los cambios en el ADN de una persona pueden provocar que las células normales se tornen cancerosas. Es decir; explorar esta enfermedad desde el origen, con un mejor entendimiento de los cambios genéticos y ofrecer algunos indicios sobre la razón que propician el surgimiento de neoplasias.
La biopsia líquida también ha mostrado una esperanza en casos de tumores cerebrales, como el glioma o tumor cerebral maligno o agresivo, que para ser diagnosticado, se requería extraer una biopsia en esa zona, lo que implicaba riesgos como secuelas cognitivas, en el habla o la visión.
Joan Seoane, un profesor de investigación Icrea en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) junto con un equipo de científicos desarrollaron un test que usa el líquido cefalorraquídeo, que se obtiene mediante una punción lumbar al paciente y elimina estos riesgos, y ofrece mayor precisión en el tratamiento.