El reparto de medicamentos por esta vía está en fase inicial; se requiere mayor presupuesto para avanzar en las pruebas.
Estados Unidos, Inglaterra y China son los líderes mundiales en el uso de drones para entrega de mercancía y entre esa logística ya integran el envío de medicinas. En África, a su vez, ya se usan esas pequeñas naves no tripuladas para enviar vacunas a poblaciones alejadas.
En México este servicio todavía está en pañales, pero ya se concreta a través de una empresa y, al mismo tiempo, se desarrolla en investigaciones universitarias.
Sincronía Logística es una empresa que se especializa en servicios para la industria farmacéutica y la salud humana. Por ejemplo, el almacenaje y acondicionamiento de medicamentos con una alta normatividad sanitaria, así como la distribución de estos productos con su flotilla especial. Ahora han innovado con un nuevo modelo logístico de distribución de equipo médico y medicamentos, a través de drones de última generación.
“Escogimos esos productos médicos porque van a ayudar a salvar vidas. Google está empezando a hacer lo mismo en Estados Unidos y en Inglaterra, con comida, o Amazon lo está haciendo con productos, pero nosotros lo hicimos con el fin de ayudar a salvar vidas”, explica Diego García, líder de Proyecto de Drones de Sincronía Logística.
De esta manera, el ISSSTE Bicentenario de la Independencia fue el primer punto de entrega, donde la empresa llevó un equipo de ortopedia, específicamente tornillería de titanio, para emplear en cirugías. Este hecho marcó un momento histórico en la innovación logística en México.
Desde un laboratorio
Entregar medicamentos a las comunidades más alejadas es uno de los objetivo de Jordi Muñoz, CEO de Maya Robotics. Sin embargo, y pese a los esfuerzos realizados, este proyecto sigue en la fase de pruebas.
En entrevista, el joven creador de drones narra que hace tiempo empezó a armar drones para hacer pruebas, en conjunto con un médico en Estados Unidos y con Pedro Matabuena ––otro ingeniero experto en estas aeronaves.
Jordi señala que él se ha encargado de crear todos los circuitos y el piloto, mientras que Matabuena los ha integrado a un aparato con las características necesarias para realizar un vuelo.
“Proveo partes, él las integra; ayudo con la parte técnica, y también en el intervalo y el vuelo. Ya hicimos investigación, se hicieron horas de vuelo, 70 viajes de hasta 30 millas, como una presentación formal. También se hicieron estadísticas y pudimos detectar muchos problemas que debemos tomar en cuenta en la siguiente fase de prueba”, explica Múñoz.
Para llegar a estos nuevos intentos, ellos requieren inversión de capital que convierta en realidad la posibilidad de llevar medicamentos a las comunidades más alejadas del país.
Mientras esto sucede, Jordi puso a disposición de cualquier persona el uso de su software, bajo esta idea de democratizar la tecnología para el bienestar de todos, premisa que ha caracterizado su trabajo desde que comenzó su carrera como fabricante de drones.
“Si alguien quiere hacerlo mi software es gratis y podemos hacerlo en equipo, o puede hacerlo por su cuenta”, dice Múñoz.
Sin embargo, el fabricante de drones esperaría una colaboración conjunta con otras organizaciones, empresas o hasta el mismo gobierno, como ocurrió en Ghana, donde la administración destinó 11 millones de dólares para que la empresa Zipline desarrollara un sistema de entrega de vacunas a través de aeronaves.