Con una extensión de 33 países y una población potencial de 650 millones de pacientes, América Latina (LATAM) presenta un enorme potencial de crecimiento en la industria de dispositivos médicos, en donde se calcula que para 2025, el mercado alcance los 6 mil 800 millones de dólares, señaló DHL, empresa mundial de paquetería.
Prueba de ello es que en Puerto Rico se fabrican el 99% de todos los marcapasos del mundo y en las islas se encuentran 15 de los 20 principales fabricantes de dispositivos médicos Clase 3.
En América Latina la tasa de crecimiento anual en la industria de dispositivos médicos rebasa el 10%, lo que indica que no hay mejor momento para estar en la cadena de suministro de estos productos que ahora.
Destacó que la logística global de atención médica requiere que se realicen miles de conexiones de manera rápida, eficiente y segura, para lo cual se requiere de una red lo suficientemente fuerte como para soportarlas.
A diferencia de otros proveedores de logística de ciencias de la vida y atención médica, la red de DHL –señaló la empresa- mantiene un control completo de todo el viaje. “Con nuestra propia flota de aviones, nada nos puede dejar en tierra. Con nuestro propio software seguro y de visibilidad, no se puede perder nada. Y con 380 mil expertos y 9 mil especialistas certificados en Ciencias de la Vida y Salud en más de 220 países, ninguna pregunta puede quedar sin respuesta.
Durante más de 20 años, DHL ha brindado apoyo logístico de atención médica y la gestión de la cadena de suministro que esta industria vital necesita.
Esta empresa de paquetería tiene la red de logística de atención médica más grande del mundo, “es nuestra responsabilidad llegar a lugares y enfrentar desafíos que otros no pueden. Porque es fácil decir que te preocupas por la atención médica, pero otra cosa es demostrarlo”.
La pandemia impulsó una cadena internacional de suministro de vacunas
El estudio Aprendizajes sobre la Resiliencia ante la Pandemia, realizado por DHL, anota que la pandemia de Covid-19 impulsó una cadena internacional de suministro de vacunas a una velocidad vertiginosa en la que se reunieron requerimientos muy exigentes y se logró asegurar la disponibilidad y la distribución de herramientas clave para combatir la pandemia.
El mayor logro de la comunidad científica mundial fue obtener la vacuna contra el Covid-19 en aproximadamente nueve meses, es decir, 5 veces más rápido que el plazo de 4 años invertido en la vacuna del sarampión.
El documento refiere que se establecieron dos nuevas plataformas de vacunas: una basada en los vectores virales y otra en el ARNm mensajero y es muy probable que sus propiedades las hagan aptas para tratar otras enfermedades.
Los desarrolladores de vacunas pusieron en marcha más de 100 centros de producción de vacunas en todo el mundo, un número que no deja de crecer.
La preparación de la cadena de suministro de vacunas para el coronavirus tardó solamente 6 meses, que significa 3 veces menos que el tiempo que se requería habitualmente antes de la pandemia.
La preparación de la cadena de suministros no solo se desarrolló a una escala y una velocidad sin precedentes, sino que además tuvo que cumplir requerimientos extremos de refrigeración a -70°C de la cadena de frío necesaria para el transporte y el almacenamiento de los biológicos.
Por lo que respecta al transporte, se manejaron con éxito los cuellos de botella que implicaban las limitaciones de envío de hielo seco. En cuanto al almacenamiento, en un solo año se logró aumentar un 50 % las existencias globales de congeladores aptos para temperaturas de -70°C.
A pesar de la rapidez con la que hubo que expandir las capacidades y de la introducción de procesos nuevos, se consiguió crear una infraestructura adecuada para la cadena de frío: menos del 0,01 % de dosis de vacunas resultaron estropeadas o dañadas durante los procesos logísticos.
Entre 2022 y 2023 está previsto distribuir entre 7 mil y 9 mil millones de dosis de vacunas al año, con los correspondientes productos auxiliares.
Para asegurar el éxito, todos los actores implicados deben permanecer preparados para afrontar altos volúmenes de pacientes y vacunas, mantener la infraestructura y la capacidad logística y planear convenientemente las fluctuaciones estacionales. Solo así será posible aprovechar el sistema de suministros que se está implementando en la actualidad como plataforma adecuada para los años siguientes
