La OMS informó que este insumo no es eficiente si no estás enfermo o cuidas a alguien con COVID-19
Luego de la propagación del coronavirus (COVID-19), los cubrebocas de todo tipo comenzaron a escasear ante la desesperación de los ciudadanos, que los adquirieron por la presencia del virus, pero también por pánico de un posible contagio.
México no fue la excepción, y una semana antes de que se confirmara el primer caso, la población ya había comenzado compras de pánico de este producto médico. Para el 28 de febrero —fecha en que se anunció el primer caso de un paciente con esta enfermedad—, ya no había cubrebocas en las farmacias, tiendas de autoservicio y hasta en las páginas web de retail.
Si bien el cubrebocas fue una medida de prevención durante la pandemia de influenza AH1N1 en 2009, ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la mascarilla solo debe utilizarse si tienes una enfermedad respiratoria o si es un profesional de la salud atendiendo a pacientes enfermos de COVID-19.
Incluso esta semana el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los ciudadanos que dejen de hacer compras de pánico para almacenar cubrebocas, guantes, lentes y otros insumos en su casa, ya que todo eso es necesario para los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud que están atendiendo a los enfermos.
"Nos preocupa que las capacidades de respuesta de los países se vean comprometidas por la interrupción severa y creciente del suministro global de equipos de protección personal, causada por el aumento de la demanda, el acaparamiento y el mal uso", dijo Ghebreyesus.
De hecho, la demanda exacerbada de estos insumos ya provocó que los inventarios de las grandes empresas como 3M se quedaran sin reserva de sus productos, y tuvieran que acelerar su producción para atener la demanda.
Los especialistas en salud han recomendado que hay otras medidas más efectivas, como lavar constantemente tu mano, usar gel antibacterial, o cubrir boca y nariz con el codo al momento de estornudar.
Con estas acciones se reduce el riesgo de contagio de cualquier infección respiratoria, no solo de coronavirus.