Sin válvula de escape crece una de las constantes problemáticas en el sistema de salud mexicano: la escasez de medicamentos en las instituciones de salud pública.
Al principio de año, antes de que la pandemia por COVID-19 llegara a México, las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) fueron testigos de manifestaciones por falta de abasto de medicamentos oncológicos: padres de familia exigían al gobierno el surtimiento de recetas, pues sin las medicinas, la vida de sus hijos está en riesgo.
En respuesta, Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró que no hay un desabasto. “No digo que no puede haber recetas rechazadas, de repente sí las hay, una institución que otorga 200 millones de recetas pues siempre tiene algunos grados de porcentajes, pero 1% son miles de recetas, si hubiera desabasto hablaríamos realmente como lo indica la norma, de abajo de 80 o 70? recetas rechazadas y eso no ocurre”, dijo en entrevista con El Universal.
Estas afirmaciones forman parte del conjunto de actores que aseguran que, en realidad, se trata de episodios de escasez que se solucionan posteriormente. Uno de estos es Antonio Pascual, presidente de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex), quien aseguró en entrevista que en el país no hay desabasto de medicamentos, por lo menos en el sector privado. “Afortunadamente tenemos abasto de medicamentos para todos los tratamientos, pero en especial los tratamientos para los padecimientos de vías respiratorias están garantizados”, agregó.
Además, señaló que se cuenta con 32 millones de inmunizaciones para la influenza que estarán disponibles por el sector institucional para que la población se vacune. Antonio Pascual también subrayó que se tiene disponible la medicación para la influenza: el antiviral Oseltamivir.
“A Anafarmex le han garantizado el abasto para toda la red de farmacias en el sector privado. Una buena noticia, pues habrá antiviral disponible para toda la temporada estacional”, agregó el presidente de Anafarmex.
Antonio Pascual señaló que en el sector institucional hubo desabasto en medicación para tratamientos especializados de enfermedades crónico-degenerativas, pero fue temporal y se resolvió cuando el gobierno buscó en el extranjero el acopio de estos fármacos para cubrir el faltante.
Pese a estos problemas, el presidente de la Anafarmex aseguró que en México hay capacidad para atender la demanda de medicamentos, pues las farmacéuticas nacionales han probado tener un estándar de calidad mundial y sus precios son competitivos. De esta manera, los medicamentos que se fabrican en México podrían también atender los requerimientos que tiene el sector institucional.
Pero hay voces que contradicen estas versiones.
Problemas en enfermedades crónicas y degenerativas
La falta de medicinas no es una novedad en el sistema de salud. Desde hace más de un año así lo ha estado reportando el colectivo Cero Desabasto, una organización que da seguimiento a la falta de medicinas en instituciones de salud pública y que reporta directamente a estas instituciones para que garanticen el acceso efectivo a medicamentos e insumos.
De acuerdo con el Primer reporte cuatrimestral de desabasto de medicamentos en México elaborado por el colectivo, la crisis sanitaria por COVID-19 ha significado otro reto para el sistema de salud en México. “Previo al Sars-Cov-2, las diferentes instituciones de salud en México ya presentaban grandes dificultades para hacer valer el acceso oportuno a medicamentos, principalmente en pacientes con enfermedades crónicas o inmuno-degenerativas”, asegura el informe.
En el reporte se observa que el IMSS ocupa el primer lugar de número de quejas con 54%, después el ISSSTE con 30%, en tercer sitio el INSABI con 9% y el 7% restante corresponde a PEMEX, a los subsistemas estatales y privados.
Además, el informe señala que, del 18 de febrero de 2019 al 30 de abril de 2020, la plataforma cerodesabasto.org registró 2,271 casos de falta de suministro de medicinas e insumos médicos en distintos centros de salud del país.
“Los problemas en la cadena de abasto de medicamentos afectan más a quienes sufren las enfermedades de mayor prevalencia en el país: diabetes (11%), hipertensión (8%) y artritis (2%), así como a quienes enfrentan enfermedades de alto costo como cáncer (11%), VIH (12%), fallo o insuficiencia renal (2%)”, dice el reporte.
Otras enfermedades con el mismo problema son Lupus Eritematoso Sistémico —debido al desabasto de hidroxicloroquina a causa del pánico por COVID—, Parkinson y Epilepsia. “Los reportes del conjunto de pacientes con estas enfermedades corresponden a poco más de la mitad (54%) de todos los registros en nuestra plataforma”, señala el reporte.
¿Qué causa el desabasto de medicinas en México?
Andrés Castañeda, asesor de salud en Nosotrxs y coordinador en Cero Desabasto, aseguró en entrevista que el desabasto que se ha estado viviendo se debe a tres factores distintos: la falta de una política farmacéutica nacional, los cambios en las compras del nuevo gobierno y la misma pandemia.
Castañeda aseguró que sin una política farmacéutica siempre habrá huecos, es decir, no se garantizará un abasto perfecto. Sobre los cambios en la compra de medicamentos, señaló: “tuvo un impacto propio de la curva de aprendizaje, pero, además, propio de un cambio de estrategia que no acaba de estructurarse bien: de la compra centralizada, que la hacía la oficialía mayor, ya no la hacían las instituciones”.
Asimismo, aseguró que se trata de varios cambios, pues todas las compras se iban a hacer en conjunto. “Esto sabemos que provocó que muchas claves quedaran desiertas y que a su vez se tuvieran que comprar, ahora sí, por parte de los institutos, pero en menos tiempo, con menos rango para negociación”, agregó Castañeda.
La pandemia por coronavirus también ha sido un factor para la falta de medicamentos, como la hidroxicloroquina, pues durante un tiempo se pensó que podría ser un tratamiento que funcionara para tratar la COVID-19.
“En su momento, eso provocó que mucha gente, de manera privada, lo acaparara”, añadió Castañeda y aseguró que aún sin datos específicos es difícil de conseguir, pues se prestó a que hubiera varios casos de corrupción interna, como el robo hormiga, porque se empezaba a valorar demás. Esto generó que no hubiera tampoco en las instituciones públicas, aunado a que se utilizó en algunos hospitales como una opción (para tratar la COVID).
La emergencia sanitaria también retrasó el proceso de entregas, pues muchas personas que trabajan en los almacenes, en los mecanismos de distribución de las instituciones, fueron enviadas a casa, es decir, se redujo el personal. “Cambió totalmente cómo se manejaba o cómo se estructuraba la organización interna de las instituciones, porque el personal de riesgo se fue a casa y porque la demanda se duplicó o se triplicó”, aseguró Castañeda.
Un problema grave en el tema del abasto de medicamentos en México es la falta de buenos datos, pues asegura que ni en el IMSS hay buenos datos. “Ese es un gran defecto de nuestro sistema, es difícil saber exactamente qué medicamento va a faltar con antelación, hasta que pasa”, añadió.
Asimismo, otra de las problemáticas es que no se hado con el proceso ideal, pues no se cuentan con sistemas de información claros, por eso la iniciativa Cero Desabasto, porque queremos que haya mejor información que sirva a los tomadores de decisiones para poder proponer soluciones de fondo.
Aunque la autoridad está haciendo todo lo posible para mejorar el sistema, se trata de un reto enorme, por la cantidad de medicamentos e insumos y por lo complejo de la cadena de acceso a los medicamentos: desde la planeación, el financiamiento, la compra, el almacenamiento, la distribución, que se recete de manera adecuada el medicamento para el paciente adecuado y que, además, se tenga, en ese momento, en la farmacia ese mismo medicamento que se recetó.
Desde Nosotrxs se está trabajando con el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el gobierno mexicano en un proyecto grande, donde la intención es encontrar una solución de manera conjunta, con los expertos de cada uno de los eslabones de la cadena, porque nadie tiene el panorama completo.
“Entonces, lo que buscamos es reunir a todos estos expertos para armar un proyecto con indicadores claros, concretos de aquí a cinco años. Ha habido muy buena disposición por parte del gobierno para hacer esto. Entonces, esperamos más o menos en diciembre-enero ya tener un plan y una ruta concreta para subsanar el problema de raíz”, asegura Castañeda.
Exceso de demanda
La falta de medicamentos no sólo se ha observado en las instituciones de salud pública, también en las farmacias independientes, pues se ha visto escasez de las medicinas prescritas para tratar la COVID.
Juvenal Becerra, presidente de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (UNEFARM), aseguró que se ha disparado la demanda de medicamentos como el Oseltamivir y otros productos de COVID en un 400% o 500%.
“Una farmacia vendía una pieza cada quince días, y eso en esta temporada que empezaba en septiembre-noviembre, donde se venía el tema de la influenza. Entonces, hoy, con la pandemia resulta que en una farmacia te piden hasta 50 cajas de Oseltamivir”, añadió Becerra.
Asimismo, el presidente de la UNEFARM aseguró que los laboratorios tampoco estaban preparados para la crisis. “Lo que están produciendo se va instantáneamente y eso que están produciendo a su máxima capacidad”, afirmó Becerra.
Becerra también confirmó que hay días en los que las farmacias carecen de estos productos, porque se agotan y “no alcanza la capacidad de producción de los laboratorios derivado de tanta demanda”, añadió.
El 80? las farmacias asociadas a UNEFARM se encuentran en zonas populares o en poblaciones más apartadas de la zona metropolitana. Becerra señaló que justo en esas áreas, como toda la zona oriente (Iztacalco, Iztapalapa, Neza, Ecatepec, Chalco, Texcoco e Ixtapaluca), hay ventas más altas, pues es donde hay más gente que se está infectando y que requieren estos productos.
Plaquenil, la punta del iceberg
Juvenal Becerra confirmó que sí hubo un momento durante el cual el plaquenil —o la hidroxicloroquina— fue acaparado por gente que quería el fármaco para prevenir o protegerse de la COVID. Sin embargo, como ya no está siendo usado para tratar la infección generada por el SARS-CoV-2, se ha restablecido el abasto de este producto.
Además, Becerra aseguró que debido a la alta demanda de plaquenil y su desabasto, se dio la clonación de este medicamento, por lo que la Cofepris lanzó una alerta sanitaria para que las farmacias revisaran su inventario y retiraran los productos que pudieran resultar sospechosos.
El presidente de la UNEFARM aseguró que no se ha visto un incremento en la falsificación de medicamentos durante la pandemia. Sin embargo, la industria farmacéutica pierde 10,000 millones de pesos (mdp) al año con este fenómeno, agregó Becerra. Un fenómeno que no impacta de manera directa a las farmacias, que deben estar más alertas a los robos.
La UNEFARM presenta pérdidas por 50 mdp anuales debido a los robos; esto se debe a dos situaciones: “Uno, cuando levantan las cortinas con gatos por la noche y te vacían toda la farmacia. La otra modalidad, por las mañanas [los ladrones] esperan a que el farmacéutico abra la cortina, lo amenazan, lo amarran, lo meten al baño, estos cuates se ponen las batas para dispensar, en lo que están vaciando la farmacia”.
Becerra señaló que el inventario de una farmacia ronda los 500,000 pesos. “Entonces, sí hablamos que más o menos tenemos pérdidas anuales por 50 millones de pesos en cuanto robos de todo tipo, ya sea a mano armada o en este caso que desocupan toda la farmacia”, añadió. Sin embargo, Becerra asegura que los robos no han aumentado durante la pandemia, pero piensa que podrían tener un repunte debido al contexto económico que vive el país.
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