La piel es el órgano más grande del cuerpo y la barrera que protege todo lo que hay en nuestro interior de los patógenos que existen en el medio ambiente. Sin embargo, su descuido suele ser frecuente por el mito de que para cuidarla basta una crema, pero no, su falta de atención puede, incluso, llevar a la muerte.
Al hablar de prevención de daños en la piel, la mayoría de la gente piensa en problemas estéticos y no enfermedades, lo que es otro mito. Tomar a la ligera el cuidado de la piel puede conllevar problemas de igual o mayor seriedad a los que implican afecciones a las vías respiratorias, infecciones estomacales o inclusive algún padecimiento crónico degenerativo, como la diabetes o hipertensión.
Se ha demostrado que las enfermedades dermatológicas son, actualmente, de las más frecuentes en los humanos y las cifras han incrementado en padecimientos como el cáncer de piel. No obstante, pese a estos datos, de acuerdo con el Doctor José Ismael Castañeda Sánchez, investigador del Departamento de Sistemas Biológicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), estos padecimientos “han sido completamente descuidados y minimizados por las personas”.
El Doctor dijo que cuando se trata de padecimientos de la piel, la gente tiene la falsa creencia de que con aplicar alguna crema es suficiente, sin darse cuenta de que las enfermedades dermatológicas son abundantes en el país.
“Todo el tiempo tenemos laceraciones o irritaciones debido a componentes del ambiente o a ciertas sustancias con las que estamos en contacto, y que llegan a resultar en algún tipo de dermatitis”, explicó.
Entre los padecimientos infecciosos más comunes se encuentran los relacionados con el grupo de estreptococos y estafilococos en infantes que usan pañal; con respecto a los virus, el grupo de los herpes causan los denominados fuegos labiales, los hongos son responsables del comúnmente llamado pie de atleta y los parásitos pueden aparecer en las plagas por piojos o ácaros.
En cuanto a las enfermedades no infecciosas más comunes en la piel de la población, se encuentran la psoriasis, la dermatitis atópica o la respuesta alérgica a algún componente del ambiente; pero además, hay padecimientos que dependen de condiciones genéticas, como las alergias a ciertos componentes del ambiente, como el pelo de animales o a algunos insectos como las cucarachas, cuya saliva puede desembocar en la persona enfermedades más graves como psoriasis o incluso lupus eritematoso sistémico.
La salud emocional juega un papel importante también en la cuestión dermatológica, ya que los problemas con el estrés pueden tener repercusiones como la dermatitis o inflamación que genera comezón excesiva en la persona, que al rascarse como parte de la respuesta nerviosa al estado de tensión, termina provocándose lesiones importantes.
Un factor que agrava el problema y que se ha vuelto de importancia a nivel nacional es la contaminación, que ha propiciado el deterioro de la capa de ozono y a su vez a la filtración de rayos ultravioleta, los cuales estimulan directamente la epidermis y como consecuencia, en los últimos 20 años ha habido un incremento importante en los casos de cáncer de piel.
El experto recomendó no automedicarse, ya que en el país es usual el uso y abuso de medicamentos de venta libre como pomadas con componentes antiinflamatorio, antifúngico y antibacteriano, los cuales pueden aliviar la situación al momento, pero también tener secuelas graves a largo plazo.
José Ismael Castañeda señaló que en los días de alta temperatura y radiación solar es recomendable utilizar protector solar cada cuatro a seis horas, tratar de evitar actividades que conlleve exposición al sol directamente, usar jabones neutros para la piel, usar gorras, sombreros o algún artefacto para cubrirse del sol en la calle y acudir al médico ante cualquier síntoma de alguna infección de la piel.
Actualmente, el especialista trabaja en el laboratorio de Inmunología de la UAM Xochimilco, en una investigación sobre una serie de bacterias y hongos que generan micetoma, una infección granulomatosa que tiene la característica de iniciar como un granito y llevar al paciente a un estado de “pata de elefante”, que le impide realizar sus actividades diarias normalmente.
El doctor alentó a no minimizar el cuidado de la piel y a que se normalice acudir al dermatólogo como se hace para el médico general y a consultarlo ante cualquier duda.
