México enfrenta una tercera ola de COVID-19 en medio de dudas y enfrentamiento sobre el manejo de los contagios
Las vacunas son una esperanza para poder salvar a muchos mexicanos del contagio o la muerte por COVID19. La razón más importante de esto es que mientras que el virus avanza de manera acelerada en nuestro país, la vacunación no.
Estos datos provienen de las fuentes oficiales del gobierno federal. Se ha vacunado con esquema completo a solo el 17 por ciento de la población mexicana. Y se han dejado almacenadas o sin aplicar alrededor de 20 millones de dosis, de los más de 77 millones que se han recibido.
Llevamos un año y medio sufriendo las consecuencias de la pandemia: contagios, enfermedad, muerte, deterioro social y económico. Seguimos igual o peor porque no hemos aprendido nada.
Como sociedad, no hemos mostrado empatía con los niños y con aquellas personas que aún no han sido vacunadas. Como autoridades sanitarias, éstas se han contagiado y además se han enfrentado literalmente con el mundo científico y han generado confusión con sus posicionamientos.
Ayer, se registraron más de 16 mil casos nuevos de contagios y 419 defunciones por COVID-19. Se ha confirmado desde hace al menos tres semanas que entramos a la Tercera Ola de esta pandemia sin control. No es posible que a más de un año y medio no hayamos aprendido algo tan importante como la empatía y el autocuidado de la salud. Estar vacunados no nos exime del contagio.
Es de llamar la atención que se haya optado por monopolizar las vacunas en macrocentros a donde los adultos hemos tenido que acudir para poder inocularnos
Esto no puede permanecer así. El virus nos ha demostrado que provoca una severa enfermedad y es muy posible que el mapa epidemiológico del país se modifique severamente con las secuelas de esta enfermedad.
Si el nivel de contagios se mantiene así, vamos a colapsar nuevamente a los servicios de salud públicos. La experiencia en otros países ha sido que tuvieron que tomar medidas muy drásticas de confinamiento, como en Francia.
El gobierno federal necesita delegar esta urgente tarea de vacunar a la población a los expertos. Regresar al esquema original en donde los servicios de salud, IMSS, ISSSTE y PEMEX, se encargaban de vacunar a sus derechohabientes.
Ya vimos que con el esquema actual, de brigadas inexpertas hay entidades federativas que tienen mayor infraestructura para aplicar las vacunas (como la CDMX) y otras lamentablemente no (Chiapas).
Estamos viviendo una de las emergencias sanitarias más dramáticas a nivel mundial. Hacen falta más alianzas entre los gobiernos y la iniciativa privada como ha ocurrido en otros países. No se puede poner en riesgo a la población por decisiones políticas.
Tampoco existe en el país una robusta red de frío que pueda tener la capacidad de almacenar esta cantidad de biológicos. Con la salud de las personas, no se puede improvisar. La transmisión del virus ha sido más intensa por esta falta de una respuesta organizada y coherente.