La caída de la cobertura de vacunación en los países que habían logrado avances importantes encendió las alertas.
En pleno siglo XXI, la Organización Mundial de la Salud lanzó la campaña Las vacunas son para todos, con la que se busca promover la vacunación para proteger a la población y salvar vidas.
Mientras las comunidades científicas trabajan arduamente para lograr la vacuna contra el SARS-CoV-19 e inmunizar al mundo, la aplicación del resto de las vacunas existentes ha caído.
¿Por qué la OMS lanza una campaña parecida a las que teníamos en la década de los noventa del siglo anterior?
Porque el movimiento antivacunas ha tomado fuerza en distintas naciones y el no aplicar las dosis a los menores se ha convertido en una de las 10 primeras amenazas para la salud pública en el planeta.
Ante esta situación, el organismo internacional tuvo que regresar a las raíces de las campañas de vacunación y explicar por qué es importante cumplir con los esquemas de inmunización que tiene cada país.
“Cada año, la inmunización salva millones de vidas, por lo que está ampliamente reconocida como una de las intervenciones de salud más costo-eficaces y de mejores resultados (…) la campaña se centrará en la enorme trascendencia de las vacunas, y de las personas que las desarrollan, administran o reciben, ya que trabajan para proteger la salud de todas las personas, en todo lugar”, dice la presentación del programa de la Semana Mundial de la Inmunización 2020.
Los 3 objetivos principales de la campaña de este año son:
- Demostrar el valor de las vacunas para la salud de los niños, las comunidades y la población en general.
- Mostrar que la inmunización sistemática es la base de los sistemas de salud sólidos y resilientes y de la cobertura sanitaria universal.
- Subrayar la necesidad de impulsar los progresos en la inmunización y a la vez abordar deficiencias, especialmente invirtiendo más en vacunas e inmunización.
¿Dónde está el fallo?
Datos del organismo señalan que 19.4 millones de niños que no reciben las dosis adecuadas a su edad, por lo que todavía existe un reto enorme en la cobertura.
Sin embargo, en los países que alcanzaron hasta 90? la cobertura en vacunación, hoy registran tasas de inmunización de entre 65 y 85% entre los menores.
E incluso, en los últimos dos años se han declarado en todo el mundo múltiples brotes de sarampión, difteria, tos ferina y otras enfermedades prevenibles mediante vacunación.
Los movimientos antivacunas en Europa y Estados Unidos han cobrado relevancia en los últimos años, provocando brotes de enfermedades que en la última década del siglo XX se consideraban erradicadas en gran parte del mundo.
El sarampión era una de esas enfermedades, pero desde hace una década se presentaron nuevos casos en Italia, Francia y Reino Unido, ante la negativa de los padres a vacunar a sus hijos con el argumento de que causan autismo y otros problemas mentales, además de que la inmunización es un negocio de las farmacéuticas para seguir acumulando dinero.
Los brotes obligaron a las autoridades a tomar medidas, como no permitir que los niños vayan a la escuela si no tienen su esquema completo.
Sin embargo, esto ya ha afectado otras latitudes. Este año se registró un brote de sarampión en la ciudad de México y la zona conurbada que empezó con un caso importado, pero que fue suficiente para contagiar a más de 150 personas, muchas de ellas sin vacunar.
En Argentina el brote comenzó a finales de 2019 y se exacerbo a inicios de este año, llegando a 144 casos. Siete de ellos fueron importados, pero el resto fueron contagios locales.
Si bien no se ha demostrado que los movimientos antivacunas ya estén en estos países, lo cierto es que los menores enfermos de sarampión no estaban vacunados o tenían su esquema completo, lo que permitió que se contagiaran con mayor facilidad.
Estos y otros casos despertaron las alertas en la OMS, que tuvo que recurrir al mensaje básico de vacunación para volver a hacer conciencia entre la población de la importancia de la inmunización.