Los hospitales, así como la investigación y desarrollo de equipo biomédico han enfrentado diversos obstáculos durante la pandemia. Asimismo, han encontrado oportunidades para mejorar los sistemas.
La emergencia sanitaria por COVID-19 ha echado luz sobre las áreas a mejorar tanto en los sistemas hospitalarios y administrativos, como en la inversión, desarrollo e investigación de dispositivos que permitan brindar una atención de calidad. Además, estos aspectos aunado con la atención preventiva ayudarán a estar mejor preparados para futuras crisis.
El hospital del futuro: nuevos procesos
Con la pandemia se han podido detectar las áreas de oportunidad para mejorar la administración hospitalaria y la atención al paciente. Para administrar un hospital después de la crisis se requerirá automatizar procesos, de esta manera se volverán más eficientes, pues se podrá determinar el tamaño del recurso humano con el que se cuenta, el mantenimiento preventivo y el número de dispositivos que se posee. Además, con procesos automatizados e involucrando a los usuarios de los equipos será mucho más sencillo identificar el tipo de adquisiciones que se necesitan
De acuerdo con Alejandro Mauro, médico Jefe del Departamento de Informática Biomédica de la Clínica Alemana de Santiago, Chile, las tareas no se logran resolver con una sola persona, sino que se requiere de equipos multidisciplinarios, trabajo coordinado. Por su parte, Juan Francisco Fernández Pellón, director general de Grupo Médico Los Encinos, señaló que es necesario tener gente especializada en cada uno de los procesos, entre médicos, técnicos, personal de enfermería, entre otros.
Los panelistas recordaron la importancia del empoderamiento de pacientes para maximizar el impacto terapéutico, por lo que es necesario dejar de lado modelos paternalistas y ayudar al paciente en la toma de decisiones sin que olvide la responsabilidad que tiene sobre su propia salud.
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(DESCANSO) Prevención y atención primaria, la meta por cumplir
Dado que en México hay una epidemia de enfermedades no transmisibles, es necesaria una estrategia que atiende con urgencia el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas. Para los panelistas es primordial que la salud preventiva tenga un peso estratégico y así poder enfrentar problemas a futuro.
Jorge Azpiri, director de calidad en Tec Salud, resaltó que el sistema de salud mexicano está fragmentado, por lo que debe “orientarse a un sistema único de salud, donde la participación público-privada sea primordial”. Además, afirmó que el problema también es cultural: “Inculcar la cultura de bienestar es algo que tiene que permear desde la Secretaría de Educación” y debería involucrar a muchos actores para que sea efectiva.
Por otro lado, Luis Adrián Quiroz, coordinador general de la Organización de Derechohabientes Viviendo con VIH del IMSS, aseguró que la relación médico-paciente está fragmentada. Asimismo, recalcó la importancia de involucrar a los usuarios a participar en los procesos, y así poder mejorar el servicio y la atención.
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Oportunidades post pandemia
Mantener una colaboración público-privada permitirá, incluso después de controlar la pandemia por COVID-19, ayudará los servicios para que los pacientes puedan ser atendidos de manera oportuna y más eficientemente. Con las alianzas que se han dado durante la crisis, se ha comprobado que el sector público puede colaborar con lo privado.
Para Xavier Tello, médico y CEO de Strategic Consulting, “el futuro está en la asociación de recursos público-privados donde se pueda hacer una subrogación total o parcial”. Además, señaló que con la pandemia se dio la oportunidad de encontrar qué no estaba funcionando dentro de los sistemas hospitalarios y la carencia a subsanar, así como abrazar la tecnología cuando más urgente es y usar herramientas como la teleconsulta.
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Investigación y desarrollo para transformar el sistema de salud
La crisis sanitaria ha hecho evidente la necesidad de ver al sector académico y de investigación como catalizadores de la economía del país, pues pueden ser más que maquiladores de artículos y partes de dispositivos. Aunado a esto, la falta de financiamiento por parte de CONACYT debe tomarse como oportunidad para mirar hacia otras formas de financiamiento que provengan directo de la industria privada.
Cristóbal Thompson, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), señaló la importancia de trabajar integradamente entre el sector público, privado y academia. Por lo que es importante continuar invirtiendo en que los investigadores puedan desarrollarse dentro del país, de otra forma se da una fuga de cerebros. Thompson señaló que un tercio de los investigadores mexicanos se marcha a trabajar a otro país.
José Raúl Flores, director general de Biograft México, destacó la creación de políticas públicas que incentiven la investigación, la innovación y el desarrollo en nuestro país. Para ello debe involucrarse la Secretaría de Economía e impulsar el emprendimiento.
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