América Latina tenía una severa crisis, que el COVID-19 puso en evidencia, y que solo será resuelta con una transformación profunda a todos los sistemas de salud
Expertos de la región se reunieron para discutir los retos que han ido enfrentando los sistemas de salud, pero también el panorama que les espera una vez que pase la emergencia sanitaria, en el panel Evaluando la transformación de los sistemas de salud de América Latina después de la pandemia de COVID-19, de Omnia Health Live.
En el ciclo internacional y virtual de salud, Rubén Torres, decano en la Universidad Isalud de Argentina y anterior miembro de los Sistemas y Servicios de Salud de la Organización Panamericana de la Salud OPS), aseguró que aunque la mayoría de las naciones aseguran perseguir una cobertura universal de salud, muy pocos han logrado resultados.
“Eso depende de nuestros líderes, y hay dos posibilidades: queremos seguir dirigiéndonos hacia una cobertura universal de salud o queremos continuar como antes”, dijo el profesor argentino acerca de cómo será el sistema después de la pandemia, y su sugerencia de mirar atrás para poder predecir el futuro de los sistemas de salud de la región.
Si queremos producir un verdadero cambio, entonces debemos revisar las condiciones financieras, aseguró Torres. Asimismo, señaló que se debe trabajar en el modelo de atención y transformar la atención primaria creando redes de servicio de salud comprensivas e integrales.
Tecnología y comorbilidades
Para Ignacio García Téllez, director del área de Salud en KPMG México, los principales factores de mortalidad para la población en América Latina se relacionan con cáncer y problemas cardiovasculares, que representan cerca del 82? la mortalidad.
Asimismo, afirmó que la región se debe enfocar en enfrentar los otros problemas de salud que están presentes en la población y que van incrementándose. “Para atacar este tipo de problemas, necesitamos mejorar la manera como las industrias de dispositivos médicos y farmacéuticas conectan con el sistema sanitario”, mencionó García Téllez.
Agregó que el factor más importante para una atención de salud de calidad y efectiva es el recurso humano, es decir, los profesionales de la salud. Sin embargo, la tecnología también es importante, pues una de las vías más importantes que cubre tiene que ver con la prevención, diagnóstico precoz, tratamiento y control de la enfermedad.
El especialista de KPMG mencionó que la reconfiguración del modelo de atención debe tomar en cuenta el uso de la tecnología y que ésta debe ofrecer soluciones que integren competencias profesionales.
Por ejemplo, en Asia sudoriental están aprovechando la telemedicina y aplicaciones que dan seguimiento a los pacientes y sus tratamientos. Asimismo, mencionó que en algunos países como Colombia, Chile y México han ido introduciendo las cirugías a distancia.
Uno de los problemas más relevantes que la industria ha enfrentado se relaciona con la interrupción de la cadena de producción, ya que la mayoría de los ingredientes activos proviene de India o China, por lo que América latina necesita fortalecer su industria farmacéutica.
Además, por el COVID-19 se ha acelerado la manufactura de ventiladores y otros dispositivos como las pruebas diagnósticas, pero este contexto no durará por siempre. Por ello, es necesario que los expertos se concentren en tratar los factores de riesgo que la población enfrenta.
Por otro lado, José Alarcón Irigoyen, consultor externo y asesor técnico de la Comisión de Salud del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), aseguró que, sin importar el sistema de salud, en la región latinoamericana se pueden ver oportunidades si queremos ver un cambio.
“Tenemos que ver la crisis por COVID-19 como la razón para hacer cambios estructurales”, alertó Alarcón Irigoyén.
En términos de cambios estructurales, Guillaume Corpart, director general de Global Health Intelligence, dijo que el uso de la tecnología es primordial, como la inteligencia artificial o la telemedicina, que hace posible ver a pacientes que se encuentran en lugares remotos e inaccesibles. Además, señaló que Chile es líder en uso de esta herramienta y que prácticamente rivaliza con Estados Unidos en su uso.
Naciones en desventaja
Carla Castillo Laborde, investigadora del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud-CEPS de la Universidad del Desarrollo, advirtió que Chile es un claro ejemplo de un sistema de salud fragmentado. Chile, con 19 millones de habitantes y 16 regiones posee numerosas áreas aisladas y rurales, a donde a veces es imposible llegar.
La investigadora resaltó que la desigualdad en esa nación dio como resultado una crisis social que comenzó a mediados de octubre del 2019, lo que ha dado como resultado una desconfianza política. También señaló que Chile tiene un sector público importante, donde se atiende 80? la población.
Además, recordó que en Chile existe un déficit estructural, pues hacen falta profesionales de la salud y camas. “Hay 2.5 médicos por 1000 habitantes, en relación con 3.5 en promedio en la OCDE. Hay 2.1 camas de hospital por 1000 habitantes, cuando el promedio en la OCDE es de 4.7, por lo que se trata de un déficit importante”, subrayó Castillo.
Como en otros países de la región, el mayor número de casos de COVID-19 se encuentran en el área metropolitana, en la ciudad de Santiago. “Casi 80% los casos y 86% las muertes se concentran en el área metropolitana. En esa región tenemos áreas superpobladas, mayoritariamente en la parte más pobre”, aseguró la investigadora.
Como en el resto de América Latina, los sistemas de salud chilenos ya se encontraban limitados. Guillaume Corpart apuntó que los datos más recientes de Chile muestran que la tasa de ocupación hospitalaria supera el 90%.
“Al mismo tiempo, el acceso a consultas se encuentra por debajo del 60%. La gente tiene miedo de visitar al doctor y al mismo tiempo los hospitales están saturados cuando se trata del número de camas, y estoy seguro que se trata de toda la región, que esto no es único de Chile”, aseguró Corpart.
Carla Castillo alertó que la pandemia sorprendió a América Latina porque es una región que se encuentra en desventaja en comparación con otros países europeos o desarrollados. “Tenemos que responder con lo que tenemos”, aseguró la investigadora al señalar la falta de recursos en la región.
Para enfrentar la pandemia es muy importante rastrear los casos y aislarlos, pero en un sistema de salud fragmentado eso significa un verdadero reto, pues se tienen por lo menos dos sectores y el sector privado no es controlado por las autoridades.