La telemedicina ha emergido como una de las innovaciones más impactantes para profesionales de la salud y pacientes en los últimos años, destacándose además por su contribución a la sostenibilidad. Aunque el concepto existe desde finales del siglo pasado, su adopción experimentó un notable impulso durante la pandemia de Covid-19, catapultando su crecimiento exponencial desde entonces.
El concepto de telemedicina, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se refiere al uso de la tecnología en comunicaciones para el intercambio de información médica por profesionales en salud, que puede ser útil para diagnosticar, tratar y prevenir enfermedades, así como para la conmutación de todos los datos que interesen al desarrollo de la salud de una persona.
Hoy, esta innovación se usa para llevar el acceso a la salud a las personas que se encuentran en áreas remotas, donde es difícil que la atención médica presencial llegue, aprovechando las nuevas tecnologías en telecomunicaciones.
El acceso de las personas a servicios de salud de manera remota y en tiempo real trasciende el mero concepto de videoconsultas, involucrando una gama de tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA), las cuales posibilitan un monitoreo continuo de los pacientes sin requerir su presencia física en un consultorio.
Buena con el medio ambiente
Como parte de la sostenibilidad, la telemedicina también ha impactado en la sustentabilidad del medio ambiente. Esto ha sido posible gracias a diversos factores, como el ahorro en el desplazamiento; ya que muchos pacientes que solían asistir a sus consultas médicas presenciales lo hacían en auto o transporte público, lo cual conlleva emisiones de CO₂, pero al optar por consultas digitales, dichas emisiones se ven reducidas hasta en un 10%.
Según cifras de la empresa Carbon Trust, se calcula que un desplazamiento medio, con la consideración de 13 km de ida y vuelta, de una consulta tiene una media de emisión de 3.1 kg de CO₂, lo que se ahorra por cada videollamada de salud que se realiza.
Si bien, las recetas médicas son una simple hoja de papel, con la emisión de millones de estas al día, alrededor del mundo, también se contamina considerablemente al ambiente. Con las consultas digitales, se ahorra material de impresión cuando con el uso de receta electrónica digital.
Pero, las recetas no son el único papel que se utiliza en la industria de la salud. Abrir un expediente médico de forma física puede significar decenas o cientos de hojas para un solo paciente, lo cual no ayuda a reducir su uso, además de que ocupa espacio innecesario en un hospital.
Gracias a la digitalización, hoy los expedientes pueden ser electrónicos, por lo que ya no se necesita imprimirlos o anotarlos en hojas de papel. Esto beneficia al ambiente, pero también al paciente y a los médicos o personal de salud, ya que tecnologías como Big data y softwares, permiten que todo el historial del paciente se encuentre almacenado y pueda ser consultado en tiempo real por cualquier médico autorizado.
Esto, no solo representa un impacto positivo al medio ambiente, sino también al seguimiento y control de la enfermedad del paciente.
Es de resaltar que la industria de la salud tiene un compromiso grande con el medio ambiente, ya que, si bien es una de las que más beneficia a la humanidad, también es una de las que más contaminación produce.
Se estima que alrededor del 4.4% de las emisiones de carbono a nivel mundial provienen del sector salud.
Al ser indispensable para el ser humano, empresas del sector privado, así como algunos gobiernos, han buscado que se reduzca la huella de carbono que deja la salud en el mundo.
Fuente:
1er Reporte de la Industria 2024. EXPO MED HOSPITALAR MÉXICO 2024. RETOS E IMPLICACIONES SOSTENIBLES DE LA INDUSTRIA DE LA SALUD 2030. Capítulo 3. Tendencias Tecnológicas en la Industria de la Salud y sus aportaciones a la Sostenibilidad.
